0
Chistes

Chistes

Chistes

Del Libro Almanaque Escuela Para Todos 2003

 


 

 

Un borracho pasa por el cementerio y ve una tumba con una placa que dice:
“Aquí descansa un abogado, un hombre honrado, un hombre justo”.
El borracho dice asustado:
–¡Virgen Santísima!, enterraron a tres personas en la misma tumba.


Un agricultor conversa con un comerciante de otro pueblo:
–Aquí cosechamos unos ayotes tan grandes, que miden 2 metros cada uno.
–Pues en mi pueblo no nos quedamos atrás. Allá hacemos unas cazuelas como de 2 metros de alto.
–¿Y para qué sirven esas cazuelas?
–¡Hombre!, para cocinar los ayotes que cosechan en este pueblo.


El jefe de la cárcel pregunta:
–¿Alguien tiene alguna queja?
Un preso levanta la mano y dice:
–Yo tengo una.
–¿Cuál es su queja?
–Me quejo de la poca seguridad, pues aquí no hay salidas de emergencia.


Un murciélago vampiro llega donde un compañero con el hocico lleno de sangre. El compañero le pregunta:
–¡Oye viejo!, ¿dónde conseguiste toda esa rica sangre?
–¿Ves aquel muro de concreto que está allá?
–Sí –responde el compañero.
–Pues yo no lo vi.


–¿Verdad, mi amor, que yo no aparento tener 30 años de edad?
–¡Mujer!, claro que no. Pero hace unos 10 años sí.


En un velorio, un amigo del difunto se acerca al ataúd y le dice a la viuda:
–Lo siento, señora, lo siento… La señora responde:
–No gracias, déjelo así acostadito.


Un señor le pregunta a la esposa:
–Mi amor, si yo me muero, ¿llorarías por mí?
–Por supuesto –responde ella–.
Tú sabes que yo lloro por cualquier tontería.


 

 

Dice el juez:
Miren al acusado, tiene los ojos hundidos, la frente estrecha, un gesto extraño…
El acusado protesta:
–¿Qué pasa? ¿Me van a juzgar por el robo o por lo feo que soy?


En la sala de maternidad de un hospital:
–Señora, su niño está bien, pero tuvimos que ponerle oxígeno.
–¡Qué lástima! –responde ella–,
yo quería ponerle Manuel, como su abuelo.


Un hombre amarra su caballo frente a la estación de policía y el animal hace su gracia en la acera.
Un policía lo ve, se acerca al hombre y le dice:
–Oiga señor, yo le daré parte de esto al jefe.
–Pues por mí puede dársela toda, que a mí no me sirve para nada.


Ver texto original del libro: