Plantas con guardaespaldas
Del Libro Almanaque Escuela Para Todos 2012
Desde hace unos 30 años, varios científicos vienen investigando la manera en que algunas plantas se defienden cuando son atacadas por insectos.
En el desierto de Utah, en Estados Unidos, donde crecen plantas de tabaco silvestre, se han hecho importantes descubrimientos. Las semillas del tabaco silvestre pueden permanecer muchos años dentro de la tierra. Pero después de un incendio, las semillas que han estado durmiendo todo ese tiempo germinan y comienzan una gran lucha contra los insectos que quieren alimentarse de ellas.
Uno de los enemigos de esta planta es una polilla o mari posa nocturna llamada esfinge, que pone sus huevecillos en las hojas de la planta. Cuando nacen las larvas o crías, que tienen forma de gusanos, comienzan a alimentarse de las hojas. Entonces la planta reacciona produciendo una sustancia que tiene un olor especial que atrae a una avispa. Esta avispa pone sus huevecillos en las larvas de la polilla. Y cuando nacen las larvas de la avispa, se alimentan de las larvas de la polilla, acabando con ellas.
Estas avispas se convierten así en una especie de guardaespaldas del tabaco silvestre, que acuden a su llamado cuando reciben la señal de alarma.
Otros científicos observaron también estas defensas en algunas variedades de frijol. En un invernadero que construyeron especialmente con ese propósito, comprobaron que cuando estas plantas eran atacadas por unos animalitos llamados ácaros, producían unas sustancias que atraían a otros animalillos que acababan con ellos.
Pero no solo las plantas que están siendo atacadas se defienden de esta manera. También las que están cerca de ellas de alguna manera se dan cuenta del peligro y reaccionan defendiéndose de la misma forma.
Hay otras plantas que no necesitan atraer a sus guardaespaldas, porque viven en la misma planta. En África, por ejemplo, los árboles llamados acacias son el hogar de un ejército de hormigas que los defienden no solo de otros insectos, sino también de animales tan grandes como el elefante. Cuando un elefante se acerca al árbol, las hormigas se le meten dentro de la trompa y lo pican, con lo que consiguen ahuyentarlo.
Estos árboles tienen unas espinas grandes y huecas, en donde las hormigas hacen sus nidos. Y se alimentan de unas gotitas de néctar o sustancia azucarada que se produce en el pegue de las hojas.
Dentro de esta gran familia de las acacias, hay algunas que se encuentran en nuestras tierras. El árbol que llamamos cornizuelo pertenece a esta familia y también tiene espinas donde viven hormigas que lo defienden de otros insectos. Pero curiosamente permiten que las avispas hagan ahí sus panales y que algunas aves hagan sus nidos. Es como si las hormigas supieran que estos vecinos no les van a hacer daño y solo quieren convivir pacíficamente.