EL GÜEGÜENSE
Si hay algo que caracteriza a los centroamericanos, es su buen sentido del humor. Se lleva en la sangre. Gracias a esa forma de ser, nuestros pueblos han podido sobrevivir los momentos difíciles y además, han hecho posible que nazcan tradiciones y costumbres muy propias de nuestras tierras. Una de esas tradiciones es El Güegüense, que es una obra de teatro callejero nicaragüense, donde no se paga para disfrutar del espectáculo.El Güegüense mezcla el baile, la música y la algarabía. Se presenta en Nicaragua, en la ciudad de Diriamba, durante la fiesta de San Sebastián, que se celebra en el mes de enero. Primero, se celebra una misa. Luego, la imagen de San Sebastián sale en procesión de la basílica. Después, dan comienzo las fiestas que duran varios días.
Esta obra es muy antigua. Su origen se remonta a la época cuando llegaron los españoles a Diriamba, hace casi 500 años. Cuenta la historia que allá por el año 1523, cuando ellos llegaron, un grupo de indios los recibió amablemente. Al frente de los indígenas, iba el cacique Diriangén con unos quinientos jóvenes guerreros y algunas mujeres. Querían conocer aquellos hombres barbudos, que andaban sobre animales desconocidos, porque no conocían los caballos. Comandando a los españoles, estaba Gil González Dávila, quien pidió a los indígenas que se sometieran a la autoridad española. Los indios entregaron a los españoles 20 hachas pequeñas de oro puro y otros regalos. Además, pidieron tiempo para discutir las propuestas que les habían hecho.Los indígenas no estuvieron de acuerdo con lo que los españoles les habían dicho y tres días después los atacaron con fuerza. Diriangén había reunido más de 4 mil guerreros y los españoles tuvieron que huir. González Dávila se fue a Panamá, pero poco tiempo después otros españoles regresaron a Nicaragua. Llegaron en mayor número y con mejores armas. Así, pudieron vencer a los indios.
Diriangén murió varios años después, luchando contra los españoles. Después de ser derrotado en una batalla que duró medio día, se lanzó a un precipicio para impedir que fuera tomado por sus enemigos. La ciudad de Diriamba debe su nombre a este valiente cacique.Los descendientes de estos indígenas que lucharon con valor contra los conquistadores, fueron los que crearon esta obra de teatro callejero. Ya en esos tiempos, esta ciudad estaba gobernada por autoridades españolas. Pero estaba habitada principalmente por indios y mestizos, o sea, los hijos de españoles que se mezclaron con los indios. La obra se escribió en dos idiomas: el castellano y el náhuatl. En náhuatl, la palabra “güegüe” significa “viejo y sabio”.
El Güegüense hace denuncia en contra de la dominación española. Pero al mismo tiempo, nace de la mezcla de esas dos culturas: la indígena y la española. No se conoce exactamente quién fue su autor. Algunos creen que fue un sacerdote que dominaba muy bien los idiomas náhuatl y español. Otros piensan que fue un mestizo muy estudioso que, cansado de los impuestos que imponían las autoridades españolas, la escribió.En esta obra, participan muchos personajes. Algunos son mestizos: el Güegüense y sus hijos, don Forsico y don Ambrosio. Están las autoridades que representan a los españoles como el Gobernador Tastuanes, el Capitán Alguacil Mayor, el Escribano Real y el Regidor Real. También, aparecen mujeres, por ejemplo, doña Suche Malinche, hija del Gobernador y sus dos damas de compañía. Los demás personajes se disfrazan de bestias de carga.
Los personajes de la obra usan máscaras, menos las damas que llevan trajes largos, collares y aretes. Los españoles visten trajes elegantes, medias altas y sombreros con lentejuelas. Usan máscaras pintadas con cabello y bigotes rubios, ojos azules o claros. Los mestizos llevan trajes menos llamativos. Sus máscaras tienen bigotes oscuros, sombreros de paja, usan sandalias o van descalzos. Ellos hacen sonar un chischil o sonaja de metal. Otros se disfrazan de machos o mulos, con máscaras y chalecos con lentejuelas. Estos van descalzos y, al igual que los mestizos, llevan chischil. La obra se desarrolla así: el Capitán Alguacil Mayor visita al Güegüense y lo cita al Cabildo Real para arreglar el pago de los impuestos. Cuando se presenta ante el Gobernador, el Güegüense usa su ingenio para convencerlo de unir en matrimonio a su hijo con la hija del Gobernador. El Güegüense usa frases de doble sentido y se hace el sordo para burlarse de las autoridades españolas y no pagar impuestos. También, ofrece maravillosas mercancías. Según uno de sus hijos, esas mercancías son reales. Pero, según el otro hijo, las mercancías son falsas y acusa a su propio padre de charlatán y embustero. Al final, el Güegüense cierra el trato con una fiesta en el Cabildo Real, después de casar a su hijo con la hija del Gobernador y de haberse burlado de éste, no pagándole los impuestos.
Y así, esta obra de teatro callejero, que comenzó como una demostración de rechazo al dominio español de su época, terminó convirtiéndose en una obra artística para alegría del pueblo nicaragüense. En especial para los diriambinos, que la presentan en sus fiestas a San Sebastián con otros bailes populares, juegos de pólvora y ricas comidas como nacatamales, buñuelos y cajetas. Para que nunca desaparezca, el 25 de noviembre del 2005, la UNESCO declaró a “El Güegüense” “Patrimonio, Oral e Intangible de la Humanidad”.